VIA VALDIVIA

La llegada a Valdivia fue rara, venía de comerme unas “Salchipap” (son recomendables pero no en cantidad) que hackearon mi hígado y nos obligaron a parar en un camping de camino a Niebla. Después de exiliar las salchipap de mi organismo en el camping “Don Agustín”, tratamos de armar la carpa bajo la lluvia. Pasamos la peor noche de diluvio desde que salimos de viaje. El cubre techo de la carpa flameaba como una bandera y cada tanto la lluvia pasaba dentro y nos salpicaba la cara. A pesar de todo, la carpa se mantuvo en pie y al otro día amaneció totalmente despejado. Lavamos ropa, desayunamos y nos fuimos a conocer el centro y a tratar de vender algo de artesanías. Valdivia es hermosa, española en su arquitectura y chilena en sus costumbres, tiene lugares encantadores, la costanera, el mercado, la plaza, en todos nos sentimos a gusto.

 

La Cueca - Plaza de Armas de Valdivia



Al tercer día pasó un chico vendiendo Kuchen por nuestro lugar de trabajo, es decir, la plaza. “Lo hace mi mamá, tiene mermelada de mora…” y sí, te compraría cinco pero Fede es más racional y compramos uno solo para compartir. El veredicto: EXQUISITO. Al otro día fuimos más temprano a vender y el mismo muchacho nos ofrece empanadas napolitanas. Charla va, charla viene y por esas cosas que pasan en el viaje y que tienen que suceder, terminamos acampando en la casa de la hermana durante tres días. Conocimos a toda la familia, probamos más exquisiteces caseras, compartimos pizzas, fuimos al río y conversamos de las costumbres argentinas y chilenas. La pasamos bárbaro y no tenemos palabras para agradecer tanta alegría y tanta familia unida alrededor de la mesa.



Mamá de David - noche de pizzas!




Con David y su familia.



Rio Valdivia - Las Gaviotas





Rio Valdivia.





A la mañana siguiente, Panguipulli y Pucón nos esperan, no estaban en nuestra ruta, pero tanta gente nos había recomendado conocerlos que desviamos un poco el camino y nos vamos para allá. Panguipulli es un pueblo pequeño y familiar, en cambio Pucón es una ciudad súper turística con muy buena plaza y un centro con mucha oferta gastronómica.

Atardecer en Panguipulli.

Playa de Panguipulli.



Club Nautico de Pucón.



 



Dormitorio con vista al lago.



 

Intercalando noches en auto y camping para abaratar costos y no castigar tanto el cuerpo, decidimos ir a Concepción a pasar el fin de semana para después seguir camino hasta Talca, donde nos encontraríamos con Pablo y Claudia, dos “patiperros” chilenos que hace unos meses volvieron de su viaje en escarabajo hasta Alaska. Pero esa historia la contamos en la próxima… los dejamos con un “to be continued”. ¡¡¡Abrazos!!!

 

 

Lago Caburga.