domingo, 27 de noviembre de 2011

DORMIR EN EL AUTO

Una vez vi en un programa de televisión tres ágiles contorsionistas rompiendo no se qué record guinness, metiéndose los tres simultáneamente en un bolso de mano. Mientras veía eso pensaba: qué bárbaro! Mirá que loco lo que hacen estos! En ese momento nunca creí que con Fede íbamos a necesitar de las mismas habilidades, porque la verdad es que nos convertimos en verdaderos contorsionistas durmiendo en el escarabajo. Fede con su 1.85 de altura y yo, que no soy   “menudita”, tratando de acomodarnos en la estrecha parte de atrás (eliminando previamente el respaldo del asiento). Y lo mejor de todo es que después de acomodar los bártulos adelante y acolchonar con cualquier elemento maleable el baúl, nos dimos cuenta que la luz que nos daba el poste de la vereda nos pegaba justo justo en el medio de la frente. Te molesta mucho la luz? No, no mucho…dá para correrse a lo oscuro? No, ya fue… pero después de media hora de dar vueltas y no poder dormir, decidimos que había que mover el auto, pero….oh sorpresa, habíamos amontonado y trabado tanto los asientos de adelante que no podíamos alcanzar la manija para abrir la puerta. Bien. Estábamos encerrados en nuestro propio auto y matándonos de la risa de lo vivos que somos. Pero en fin, pudimos dormir en el auto, pudimos salir del auto (detalle no menor) y pudimos seguir viaje, frescos como una lechuga criolla comprada en la verdulería “El Cuervo” a tres cuadras de casa.

4 comentarios:

Romina dijo...

jajajj me parece que a lo largo de esta aventura irán descubriendo y reinventando habilidades!!!!
Por donde andan?

edu dijo...

jaaaa lindo comienzo chicos!! jaja
la mejor energia para este viaje!!

Flor Gallardo dijo...

Sos mi relatora favorita! Te quiero.-

Anónimo dijo...

Que buena historia. La viví como si estuviera ahí