jueves, 15 de noviembre de 2012

LA CIUDAD DE LA ETERNA PRIMAVERA Y VAMOS POR MÁS




Medellín es la ciudad de la eterna primavera, dado que su clima es muy agradable y se mantiene estable todo el año, salvo por su temporada de lluvias que fue la que nos tocó conocer. Es muy loco pensar que vamos a una ciudad donde la primavera dura todo el año, si venimos de un lugar en donde las cuatro estaciones son muy marcadas, en donde sabemos qué día empiezan el verano, el otoño, el invierno y por sobre todas las cosas, sabemos que día empieza la primavera. Hasta tenemos un canal de televisión que publica una cuenta regresiva sobre los días que faltan para su llegada. En Argentina el 21 de Septiembre se espera con ansias: significa la culminación del invierno, del frío que cala los huesos, de las bufandas y los gorritos de lana; y la llegada de las temperaturas cálidas, de los estudiantes haciendo picnic, de los parques y plazas colmados de gente, y de los regalos en forma de flor. De repente estamos en una ciudad donde la primavera nunca se va, y me suena dulce y melancólico a la vez. Hay una frase muy trillada que dice “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, y si bien el invierno nos hace perder la primavera, también nos hace extrañarla, desearla y festejarla todos los 21 de Septiembre.

Orquídeas del Jardín Botánico.
Después de mucho viaje y mucho dinero en gasolina y peajes, un lunes llegamos. La ciudad se presenta de repente entre grandes industrias, enredos de autopistas y tránsito cargado. Nosotros estábamos con muchas pero muchas ganas de conocerla. Nos habían hablado de la ciudad de la eterna primavera y de los paisas que la habitan, de su sistema de transporte, su arquitectura, y de todo lo que puede ofrecer una ciudad tan cultural como ésta.
Pero primero lo primero:  encuentro con Pablo Jaime, un paisano de Hurlingham que por razones amorosas terminó desde hace un par de años viviendo en las afueras de “ Medallo”. En medio de una fuerte lluvia primaveral lo seguimos hasta su finca ubicada en Barbosa. El lugar es el sueño de cualquiera que busca tranquilidad en un ambiente natural y paradisíaco. Pablo nos muestra orgulloso su lugar en el mundo, ya lejos de la vorágine de Buenos Aires y a 30 km del centro de la ciudad donde su restaurant “Verde Albahaca” ofrece delicias gastronómicas que van desde el típico menú colombiano hasta las empanadas y pizzas más argentas que uno pueda imaginar. La felicidad de nuestra estadía estaba asegurada: piscina, frutas frescas, mate, asado, ñoquis, amigos… la vida del viajero es muy dura.
Ñoquis del 29 con plata debajo de la vajilla y todo.

Asado y guitarreada.
Por supuesto nos encontramos con el club VW de Medellín. Su “jefa” Lisorelli nos invitó el domingo a compartir con ellos el día del amor y la amistad en la finca de Don Luis, otro apasionado de los Volkswagen. Sol, pileta, parrilla y familia vochera reunida. A los pocos días nos mudamos de la finca de Pablo a la casa de Lisorelli y Uriel. La lejanía con el centro nos complicaba un poco nuestras ventas, y lo que en un principio iba a ser sólo unos días, se terminó convirtiendo en dos semanas de múltiples actividades, desde el obligado city tour por la ciudad hasta la producción y venta de artesanías.

Con el Club Volkswagen Medellín.

Que hay para visitar en Medellín? Muchísimas cosas de las cuales solo elegimos las gratuitas o las casi gratuitas (como les dije, la vida del viajero es muy dura). El metro bus recorre la ciudad de norte a sur de forma aérea. A su vez está conectado en su trayecto con dos metro cables que integran zonas antes marginales y desconectadas del centro. La red de transporte público es admirable y un ejemplo para las ciudades como Buenos Aires donde con frecuencia se piensa en aislar las zonas pobres para que no se mezclen con el resto de la población.


Centro Cultural Moravia: visitamos el centro cultural para conocer la obra del arquitecto Rogelio Salmona y nos encontramos con mucho mas que eso: una institución donde la población de Moravia ( el nombre surge de morar en la vía del tren) accede a propuestas culturales que van desde la música al baile y del canto a la pintura. La Sra. Elsi muy amablemente nos invita a recorrer y conocer el establecimiento que con orgullo es el centro de reunión de pequeños, jóvenes y adultos. Otro ejemplo más de inclusión e integración de zonas pobres y marginales.


Con Elsi en la terraza del centro.


Biblioteca España.

Orquideario del Jardín Botánico.

Plaza Botero.
Catedral Metropolitana de Medellín: es la mas grande de Latinoamérica construida en ladrillo cocido-

Biblioteca Pública.
Parque pies descalzos.
Y un dia se nos fueron los chiquis biomúsicos. Cartagena los llama y nos abandonan como si nada, como si ese encuentro casual camino a Popayán no hubiera significado nada para ellos… ya no sonará  la voz de Lola cantando Carito sobre la guitarra de Pablo, pero sólo por un tiempo porque Venezuela nos encontrará de nuevo, debajo de alguna palmera tomando agua de coco o algo así.


Así suele suceder, ayer desconocidos, hoy encuentro, mañana grandes amigos y pasado mañana despedida. Y en medio de esos encuentros estuvieron Michel y Claudia, francés y paisa respectivamente con una meta: dar la vuelta al mundo en su T5 California en un par de años (al día de la fecha no saben cuántos). El camino nos juntó en Medellín y nos va a reencontrar mas adelante para cruzar juntos a Venezuela y recorrerla un tiempo.


Dejamos Medellín y seguimos avanzando hacia Bucaramanga y acercándonos a Venezuela, un pequeño desvío que vale la pena para seguir conociendo América. Encuentros y despedidas, una de cal y una de arena. 
Chau Medellín.

1 comentario:

Zurdo dijo...

Las cosas que se conocen con ustedes, no pense q era tan lindo medellin