domingo, 8 de abril de 2012

EN PAZ CON BOLIVIA

Uno de nuestros últimos destinos en la Bolivia de Evo es La Paz, capital administrativa y centro de poder, y ahí vamos.
En el norte argentino habíamos hecho contacto con un tal Daniel, vicepresidente del Club de Petas que con un mail aparentemente muuuuuy formal nos invitaba a que pasáramos, ya que nos iban a recibir. Ingresamos a la página del club (www.clubdepetasbolivia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=47&Itemid=54) y vimos un directorio de hombres muy formales, algunos de traje, gente seria.  Pero las apariencias y los mails engañan. Nos recibió el “loco” Dani con una gran cantidad de vochos, entre ellos el de José Luis, presidente y artífice del club. José es una especie de padre regalón que constantemente está dándote algún obsequio, lo que sea.

Bienvenida en La Paz.
Nos llevaron a almorzar, recorrimos brevemente la ciudad y nos alojamos en lo de Dani, con todas las comodidades para al otro día salir hacia Pongo. Noche reparadora de músculos, el domingo a la mañana salimos en caravana. Nos sorprendió La Paz, nuestra idea de gran metrópoli donde el cemento domina se mezcla con miradores y paisajes naturales en sus alrededores. Camino a Pongo, pasamos por la cumbre y nuevamente chayamos el auto, por las dudas. Exceso de bendiciones quizás, el auto no arrancó,  así que todos a mirar y Blas a arreglarlo. Una pequeña nevada nos sorprendió, pero llegamos a destino para comer unas exquisitas truchas fritas.

Con la pandilla de las petas.

Chaya del auto en La Cumbre.


En medio del granizo a Fusca se le ocurre no arrancar, por suerte estabamos bien acompañados.

En Pongo, no Quito. (by Federico)
El domingo pasó y nos quedamos toda la semana para el próximo fin de semana irnos juntos a Copacabana. Días de vida urbana, conocimos lo mejor y lo peor de La Paz. Desde las simpáticas cebras que cuando pisás las líneas peatonales con el auto se encargan de marcártelo, los mega mercados, las caminatas por parques, plazas y peatonales, hasta la locura de los taxistas y combis, siempre dispuestos a parar hasta en “la entrada a los túneles” para subir un pasajero, o los constantes cortes de avenidas. Si los piquetes de Buenos Aires molestan, imagínense cortes todos los días.

Una de las múltiples protestas en el Centro de La Paz.

Plaza de Armas.
Está rara Bolivia, Evo le dió poder a los campesinos y se reflotaron viejos rencores entre el campo y la ciudad, Santa Cruz y sus eternas ideas de separación, Cambas vs Collas, Oruro vs Potosí… está raro. Veo trabajar a hombre y mujeres a la par, sin parar, con un empuje pocas veces visto, pero cada cual tira para su lado. No se mira al costado, no importa quién es o porqué está. Y se refleja en la forma de manejar, de caminar, de vivir. Creía yo que el país más desbastado por Europa iba a ser ejemplo de unión. Dicen que las crisis unen. Parece que no.
Pero el Club de Petas es un ejemplo de lo que quería ver de Bolivia, cuando la cabeza es honesta y justa, el cuerpo lo imita. Entonces la semana se nos fue en charlas con José y su familia, en imprimir postales para el viaje, en el cine y en el reportaje. Sí, el diario Página 7 de La Paz nos había contactado en Cochabamba y finalmente hicimos el reportaje. Martes de grabación y miércoles de fotos para quedar inmortalizados. Para los que quieran ver acá está el link www.paginasiete.bo/2012-03-20/Gente/NoticiaPrincipal/195-196Gen00221.aspx
Diario Pagina Siete de La Paz.
La estadía en lo de Dani fue muy placentera, conocimos a China su mamá, sus hermanos y tíos, pero lo bueno se acaba, muere la semana y tenemos la última cena, picada argentina con Susy, su novia. Entre risas y risas la madrugada nos sorprendió y el tiempo se fue, a dormir que nos espera un fin de semana en Copacabana. ¡¡¡Gracias Dani por tanto, nos vemos en Bayres!!!
Luego de unos ajustes totalmente gratuitos a Fusca, gentileza de Macario (un grande), mecánico del club, cambio de turbina y compra de parrilla para mayor comodidad, Freddy se ofreció a mostrarnos la ciudad. Fuimos en su camioneta y como un guía nos explicó cada rincón de la misma. Nos invitó unos sándwiches de chola al mejor estilo ¡¡¡costanera argentina!!! Gran tarde, gracias Freddy.

Izquierda: el Illimani nevado. Derecha: con Freddy en unos de los miradores de la ciudad.
En casa de José Luis pasamos la última noche en La Paz para salir hacia Copacabana, este sí es nuestro último destino. Bolivia, lamentablemente, va quedando atrás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Reitero mis saludos y mejores deseos en ese hermoso viaje. Leí el link en el diario. No se si les llegó mi respuesta a vuestra pregunta. Saludos, Daniel.