jueves, 29 de marzo de 2012

DE PLATA ESTA HECHO EL MUNDO

Salimos hacia Potosí nomás. Quería conocer esa ciudad, especialmente el Cerro Rico, famoso por alimentar con plata a toda Europa. Pero lo que gusta cuesta, así que después de cargar nafta clandestinamente ya que ninguna estación de servicio nos cargaba por tener “patente extranjera” (Evo, gracias por fomentar la unión latinoamericana) la nieve nos sorprendió en el camino. Sí, la altura y el frío combinado con la lluvia se transforman en nieve. Sino, véanlo ustedes mismos.

Chichipio Wilson con hipotermia.
Llegaron las curvas, las subidas, las bajadas y con ellas la noche, con lo cual dormimos dentro del auto, al lado de la ruta. Después de avisarle a un chico en la única casita a la vista que pasaríamos la noche ahí, nos preguntó asustado e inocentemente “¿Es un auto chuto (robado)?” No nene, sólo somos dos viajeros que nos agarró la noche en el camino. ¿Qué lindo suena, no?
Amanecimos a 50km. de Potosí, llegamos y la primer sorpresa: paro por un problema limítrofe con Oruro, por un cerro y unas minas, bah, por dinero. Cuestión que nos alojamos, dejamos el auto y caminamos cuesta arriba hacia la ciudad.
Calles cortadas y mercados cerrados.


Importantisimas recomendaciones en nuestra suite.
Creo que Potosí refleja la historia y presente de Bolivia, una ciudad que llegó a ser de las más pobladas y poderosas del mundo, pero la fiebre de los metales se acabó y hoy solo queda el recuerdo. La devastaron y se olvidaron de ella. Edificios que hablan de un pasado glorioso como la catedral o la casa de la moneda se mezclan con una periferia desordenada que vive del turismo y la minería. Potosí muestra orgullosa lo que fue, no lo que es.



Plaza de armas.
Y por fin llegamos al Cerro Rico, glorioso centinela de la ciudad que aún hoy se muestra imponente a pesar que lo siguen agujereando. Los huecos que posee hoy generan el debate entre los que quieren seguir explotándolo o los que quieren reforzarlo para que su cumbre no se derrumbe. Cuenta la leyenda que un pastor quechua perdió una de sus llamas y como buen pastor la buscó todo el día. Al llegar la noche encendió una fogata para calentarse y a la mañana siguiente hilos de plata brillaban derretidos sobre la superficie del cerro mostrando sus riquezas. Lo demás es conocido, en nombre del Rey y de Dios succionaron el cerro hasta casi secarlo, reforzando un sistema mercantilista que poco a poco, y gracias seguramente a ese caudal de divisas extraído, se transformó en nuestro actual sistema capitalista. Oro, plata y sangre americana, creo yo, fueron el motor de nuestro mundo moderno.


Cerro Rico.
Salimos hacia Sucre, la capital Boliviana, y nos deslumbró. La ciudad blanca muestra con orgullo su arquitectura colonial, su plaza, sus universidades que supieron educar a muchos próceres latinoamericanos, su ordenado mercado e infinitos paseos y parques.

Sucre está de pié, la noche tiene movimiento, el día se debate entre universitarios, comercios y extranjeros. ¡Nos sentó tan bien que hasta conseguimos nafta a precio boliviano! ¿Lugares visitados? Uff, un montón. Plaza de armas, callejón Santa Teresa, la municipalidad, Parque Simón Bolívar, etc, etc, etc.

Plaza de Armas.

Mercado Central.
Y después de esto nos volvimos hacia Oruro, donde Eli, Fer y María Eugenia nos recibieron, cenamos ranga con relleno (exquisito) y dormimos cómodamente ya que nuestro próximo destino es La Paz, capital administrativa y motor del Estado Plurinacional de Bolivia.

3 comentarios:

Graciela Gatto dijo...

Chicos por favor empiecen a pensar en el libro....es placentero leerlos!!!!!!!!!!!!!!!!!!Cuidense!!!

Gonzalo Gutierrez dijo...

Fede, Vicki, me alegro que les este llendo tan bien,
adhiero con el otro comentario, esta muy bueno el blog.
abrazo grande.

una cosa mas: conocen el libro donde esta waly??? ;)

Walter Cornejo dijo...

grosos!!! que lindo saberlos bien.

ahhhhh: y donde esta Wallyyyyyy!!!!????